miércoles, 17 de octubre de 2012

La campana de cristal, Sylvia Plath

Esther es una joven universitaria que recibe un premio consistente en vivir unos meses en New York y conocer los entresijos del mundo editorial (publicaciones de cuentos o libros, revistas de moda…). En esos meses vive una vida regalada, con lujos y atenciones. Pero de entre esas primeras páginas surge Esther con su apabullante y tenaz vida interior. Su vida es una sucesión de tensiones morales, sociales, de imposiciones escritas y no escritas; de tabúes sexuales; de costumbres rurales en un mundo cambiante; de sueños incumplidos; de necesidades vitales apartadas; de anhelos desesperados; de miedo, de mucho miedo por la vida. Cuando acaba su estancia en New York y vuelve e su pueblo caerá sobre ella todo el peso de la realidad cierta o no.

viernes, 12 de octubre de 2012

Muerte en Cape Cod, Mary Higgins Clark

Los magníficos relatos reunidos en este volumen están protagonizados por Alvirah Meehan, una mujer sagaz e inteligente, dotada de una inusual capacidad de observación, que dedica sus ratos libres a desentrañar crímenes pavorosos y en apariencia irresolubles. Allí donde fracasan los mejores investigadores, la agudeza de Alvirah encuentra respuestas...

sábado, 6 de octubre de 2012

Pequeños equivocos sin importancia, Antonio Tabucchi

Una Toscana secreta y embrujada, una estación de la Riviera, una Lisboa baudelairliana, un rally de coches de época, un perseguidor implacable de aire distinguido en un tren de Bombay a Madrás. Los cuentos de Tabucchi parecen, en una primera lectura, aventuras existenciales, retratos de viajeros irónicos y desesperados. Pero la aparente sintonía entre lo real y lo narrado se transforma de golpe en turbación y desconcierto. A modo de oblicuos «cuentos filosóficos», las historias de Tabucchi se convierten en una reflexión en torno al azar y al riesgo de escoger, una tentativa de observar los intersticios que atraviesan el tejido de la existencia. En las páginas de Tabucchi planea una inquietud metafísica que evoca Piero della Francesca, Giorgio De Chirico y Pirandello. Pero este escritor, que ama los personajes excéntricos y las vidas fracasadas, carga sus enigmas con una luz extraña: sus jeroglíficos «policíacos» son las pesquisas de un investigador que no busca respuestas, sino un mensaje, una señal, una aparición.