Nadie tiene recetas mágicas para escribir bien, ni siquiera la profesora Teresa Imízcoz, autora de Manual para cuentistas. Tampoco lo pretende. Su libro quiere mostrar un camino para que cada lector descubra y construya su propio talento creativo. Así lo aclara la autora en la introducción: ”La máxima utilidad que se le puede sacar a este libro es que el lector se ponga a escribir sus propias historias –sin preocuparse demasiado de si lo hace bien o mal–, con la intención de disfrutar escribiendo y de que otros disfruten con sus historias” (p. 14). En esta obra, Imízcoz recoge su experiencia como profesora de Creatividad literaria, asignatura con tradición académica en las universidades americanas, pero de escasa tradición en España.
La finalidad del libro no es tanto la de enseñar a escribir de un determinado modo o según unas recetas o caminos concretos, sino despertar la creatividad y la llamada inteligencia creadora, trabajando aspectos tan importantes en cualquier proceso creativo como son la sensibilidad y la imaginación. De ahí que la utilidad de este libro vaya más allá del ámbito de la literatura pues fomenta actitudes creativas a la hora de enfrentarse el individuo a la realidad que le rodea. En cierto modo, se puede afirmar que en esta obra se expone una antropología de la escritura, al entenderse ésta como una forma de estar en el mundo que se comunica a otros a través de la palabra escrita. Por tanto, la aplicación de la obra abarca otros ámbitos de comunicación escrita: reportajes, perfiles, noticias y guión, puesto que la autora al hablar de ”cuento” lo hace en un sentido amplio: ”No se trata de un significado restrictivo de cuento como género literario concreto. (…) En esa relación de sucesos que es el cuento tiene cabida todo tipo de narraciones, inventadas o no, literarias y/o periodísticas. Las dos cosas son posibles en el cuento. Se puede decir que nos pasamos la vida contando cuentos, sucesos, que hemos vivido, presenciado, o que nos han contado” (p. 116). Porque, como afirma Manuel Rivas en El periodismo es un cuento (1997), en una cita que recoge la propia Imízcoz, ”cuando tienen valor, el periodismo y la literatura sirven para el descubrimiento de la otra verdad, del lado oculto, a partir del hilo de un suceso. Para el escritor periodista o para el periodista escritor la imaginación y la voluntad de estilo son las alas que dan vuelo a ese valor. Sea un titular que es un poema, un reportaje que es un cuento, o una columna que es un fulgurante ensayo filosófico (…). De las preguntas clásicas a las que debe dar respuesta un trabajo periodístico, hay una, por qué, que se mantiene como una obsesión (…). Quizá es esa perplejidad ante el mundo y la búsqueda de los porqués el verdadero nexo entre literatura y periodismo” (p. 116). De hecho, el libro parte de la docencia en la licenciatura de periodismo potenciando el carácter narrativo del periodismo y ha servido también como manual para cursos de guión cinematográfico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario