Gaiman crea ambientes inquietantes, extraños, donde la fantasía campa a
sus anchas. Guiado por su instinto, un bebé escapa de la cuna en medio
de la noche y logra alcanzar el cementerio más cercano a su casa. El
individuo que lo persigue, cuchillo en guante, acaba de asesinar a toda
su familia y está decidido a terminar con él. Pero los espectros del
camposanto protegen al pequeño y acaban acogiéndolo en sus tierras.
Aunque esta vez se le ha escapado, el siniestro hombre Jack no
descansará hasta cumplir su misión...
Mi opinión: tremendamente imaginativo y, en ciertos puntos, desasosegante. Gaiman no me ha defraudado.
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