Érase una vez un pueblo donde las noches eras largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras. Con estas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable.
Mi opinión: este libro, a medio camino entre la novela juvenil y la de adultos, posee lo mejor de ambos mundos: la frescura, ligereza y fantasía del primero, que permite avanzar con agilidad en la lectura, y el tratamiento de temas profundos del segundo: el dolor, la muerte, el odio, la venganza, pero también el amor y la amistad. Uno de esos best-sellers que merece la pena que lo sean. Ojalá llegue a muchos.
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