
Paloma tiene 12 años, es superdotada y no soporta a sus padres, y mucho menos a su hermana. Le gusta estar sola y beber té.
Y entonces, un día, un nuevo vecino llega al edificio y cambiará por completo a Renée y a Paloma.
Mi opinión: una novela distinta, chispeante, llena de pequeños párrafos geniales y otros no tanto. Casi ha entrado en mi club de favoritos, pero ha flojeado al final. Aún así, para los amantes de la literatura rusa, como yo, es inevitable que me gusten ciertos pasajes y reflexiones sobre la Belleza y la literatura.
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