sábado, 26 de julio de 2008

La elegancia del erizo, Muriel Barbery

Renée es la conserje de una lujosa vivienda en la Rue Grenelle de Paris. Por delante de su puerta pasan de largo los vecinos, envueltos por pesados abrigos de desprecio y riqueza. Renée no es una conserje cualquiera. En sus ratos libres, lee a Tolstoi y admira en silencio el delicado cine japónes, mientras cuida de su gato que gana peso y cansancio.

Paloma tiene 12 años, es superdotada y no soporta a sus padres, y mucho menos a su hermana. Le gusta estar sola y beber té.

Y entonces, un día, un nuevo vecino llega al edificio y cambiará por completo a Renée y a Paloma.

Mi opinión: una novela distinta, chispeante, llena de pequeños párrafos geniales y otros no tanto. Casi ha entrado en mi club de favoritos, pero ha flojeado al final. Aún así, para los amantes de la literatura rusa, como yo, es inevitable que me gusten ciertos pasajes y reflexiones sobre la Belleza y la literatura.

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