El comienzo de este libro no puede ser mejor "No he querido saber pero he sabido", y así se va desarrollando toda una historia en la que el corazón tan blanco de las personas, inocente al principio, se va oscureciendo al ir conociendo los secretos que guardan los otros, que forja uno mismo.
Comienza con el relato del suicidio de Teresa Aguilera, a partir del cual descubriremos la relación que existe entre Teresa y el narrador, Juan Ranz. Este es el preámbulo a una historia de presentimientos y secretos que comienzan cuando Juan se encuentra en su luna de miel. Toda la serie de reflexiones que se hace el protagonista acaban repitiéndose al final, hallando su lugar a la luz de las revelaciones que va haciendo.
Una profunda reflexión acerca de la naturaleza humana, del amor, de la necesidad, del compromiso.
Mi opinión: la prosa es impecable, esa serie de frases encadenadas, muy ad hoc para el tipo de narración rememorativa que se utiliza. No ha llegado a engancharme del todo; de hecho, he apelado al derecho pennacniano de saltarme páginas, para aterrizar en el final sin perder ápice del meollo. Sobran páginas para mi gusto; pero, al mismo tiempo, las que haría permanecer las grabaría y colgaría en marco dorado.
Comienza con el relato del suicidio de Teresa Aguilera, a partir del cual descubriremos la relación que existe entre Teresa y el narrador, Juan Ranz. Este es el preámbulo a una historia de presentimientos y secretos que comienzan cuando Juan se encuentra en su luna de miel. Toda la serie de reflexiones que se hace el protagonista acaban repitiéndose al final, hallando su lugar a la luz de las revelaciones que va haciendo.
Una profunda reflexión acerca de la naturaleza humana, del amor, de la necesidad, del compromiso.
Mi opinión: la prosa es impecable, esa serie de frases encadenadas, muy ad hoc para el tipo de narración rememorativa que se utiliza. No ha llegado a engancharme del todo; de hecho, he apelado al derecho pennacniano de saltarme páginas, para aterrizar en el final sin perder ápice del meollo. Sobran páginas para mi gusto; pero, al mismo tiempo, las que haría permanecer las grabaría y colgaría en marco dorado.
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