Sinopsis: Para cuando empiezan Sexto Grado, Miranda y su mejor amigo, Sal, saben cómo
moverse por su vecindario de Nueva York. Saben a qué lugares es seguro
ir, como por ejemplo la tienda de comestibles del barrio, y saben a
quién evitar, como el extraño hombre de la esquina. Pero las cosas
empiezan a enredarse. Miranda recibe unas misteriosas notas, y poco a
poco se dará cuenta que quién sea que las deja lo sabe todo sobre ella,
incluso cosas que aún no le han pasado. Cada nota le hace fortalecer la
creencia que sólo ella puede prevenir la muerte trágica de alguien.
Hasta que llegue el mensaje final que le hará pensar que ya es demasiado
tarde...
Mi opinión: lo que más me gustó de este libro no fue el misterio en sí, que quedó bastante resuelto a mitad de la lectura, y que no está nada mal, sino esa división en capítulos como las categorías del concurso en que va a participar la madre de la narradora: Cosas que se ocultan, cosas que queman, etc. Porque, al fin y al cabo, ése es el resumen de esta novela. Tantos detalles, que pueden ser categorizables, y que deciden el destino de las personas.
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