jueves, 21 de agosto de 2008

El busto del Emperador, Joseph Roth

«Como todos los austríacos de aquella época, Morstin amaba lo permanente dentro de la constante transformación, lo usual dentro del cambio y lo conocido dentro de lo inusual. De este modo, lo extraño se le hacía familiar sin perder su color; y de este modo, la patria poseía la eterna magia del extranjero.» Escrito en 1935, este breve relato se ocupa de uno de los grandes temas de Joseph Roth: el derrumbe del imperio austro-húngaro tras la Primera Guerra Mundial y los estragos que la pérdida de una patria antigua—simbolizada aquí por el busto del Emperador—causó en la conciencia europea. La concisa y melancólica narración de Roth nos llega hoy cargada de actualidad, y acaba prefigurando cómo la creación de fronteras—geográficas, ideológicas, religiosas o culturales—desemboca en una reducción inquietante del horizonte humano.

Opinión: Había leído de este autor sus "Crónicas berlinesas" y me ha sorprendido encontrar un estilo diferente. Sin embargo, las escasas cincuenta páginas de esta novela merecen la pena, sobre todo por su alegato de la universalidad de la condición humana.

Suite francesa, Irène Némirovsky

"Suite Francesa” ha tenido una publicación azarosa, pues ésta ha tenido lugar sesenta años después de su redacción. Durante mucho tiempo el manuscrito estuvo perdido en el fondo de una maleta y guardado como recuerdo familiar por sus hijas.
La autora huyó de su país natal, Rusia, con el triunfo de la Revolución Bolchevique y otra revolución, la Guerra Civil Europea de 1939-1945 la devoró, pues en 1942 fue detenida por la Gendarmería Francesa y deportada a Auschwitz, donde murió pocos meses después.
La obra, por desgracia inacabada, estaba proyectada como una composición en cinco partes de las cuales sólo se completaron dos. La narración empieza en el momento en que los alemanes invaden Francia y se acercan a París. Los parisinos, presa del pánico, en gran parte alentado por el propio gobierno francés, abandonan la ciudad a marchas forzadas. La autora nos va descubriendo todos los tipos humanos: cobardes, valerosos, egoístas, desprendidos. La guerra, como todo gran acontecimiento humano, descubre lo mejor y lo peor de cada uno, y Némirovsky supo recoger con fidelidad todos los matices. Su fina percepción psicológica permite con un trazo relatar un carácter. La autora describe sin amargura la derrota del hombre a manos del hombre porque supo vivir con la justa ironía que nos acerca a nuestra propia naturaleza sin afectación.

Opinión: me ha gustado muchísimo, tanto la forma de redactar como el tratamiento que le da al tema. Quizá lo más escalofriante sea pensar que Irène escribió sobre la II Guerra Mundial cuando estaba inmersa en ella, y ya sufría por la posibilidad de ser detenida por su condición de judía lo que, efectivamente, sucedió. Sólo dos de las cinco partes están completas: "Tempestad en junio" que entrelanza diferentes personajes y el modo en que cada uno de ellos huye de París, y "Dolce", que transcurre en un mismo pueblo y narra la convivencia de tres meses entre franceses y alemanes invasores. Esta segunda parte, sobre todo, me parece magistral gracias al detallado análisis psicológico. Ya es una de mis favoritos y eso que está inconclusa. Bravo.

domingo, 17 de agosto de 2008

El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad

Joseph Conrad, en su obra El corazón de las tinieblas, nos propone dos viajes: uno al corazón de la selva y otro al interior de Marlow, al descubrimiento de sus propios instintos.
El primer viaje, el físico, nos muestra la crudeza de la política colonial llevada a cabo por los países imperialistas al mismo tiempo que pone en evidencia la degradación moral de los representantes de esa política en los lugares colonizados.
El segundo viaje es el que lleva a Marlow hasta el interior de sí mismo. Comienza convencido de la superioridad del hombre blanco, de lo beneficiosa que para el colonizado es la civilización, con sus reglas y su moral. Pero en su travesía por el río Congo se encontrará con un hombre blanco chapucero, indolente, cruel, ambicioso... y el ejemplo supremo de degradación total en la figura de Kurtz, que es en lo que Marlow se hubiera convertido sin duda de haber permanecido más tiempo en la selva. Marlow espera encontrarse con el hombre eficiente e íntegro del que tanto le han hablado, pero en su lugar se encuentra a un hombre enfermo y patético, una persona despiadada y endiosada al que todos temen, el final de un viaje interior hacia el corazón de las tinieblas, donde sólo habita el instinto más salvaje.

Opinión: alucinante novela corta, llena de gran profundidad psicológica. A lo largo de sus escasas páginas uno asiste a la degradación moral del hombre y de ese viaje ningún lector sale indemne.
Magnífico.

viernes, 1 de agosto de 2008

Je voudrais que quelqu’un m’attende quelque part, Anna Gavalda

Les personnages décrits par Anna Gavalda sont de ceux que l'on peut croiser tous les jours. Elle les met en lumière avec un humour délicieux et obtient ainsi un savoureux mélange de simplicité, de merveilleuses et tragiques vérités quotidiennes. Les personnages de ses 12 nouvelles sont pleins d'espoirs futiles, ou de désespoir grave. Ils ne cherchent pas à changer le monde. Quoi qu'il leur arrive, ils n'ont rien à prouver. Ils ne sont pas héroïques. Simplement humains.

Mi opinión: este libro me lo regaló mi primo francés y parece que su autora, de origen español, se ha convertido en todo un fenómeno de ventas en Francia. Las historias están narradas en un francés muy actual, muy de la calle y, al mismo tiempo, adecuado a cada interlocutor. En todo caso, logra transmitir las sensaciones de los protagonistas, lo que no es poco mérito.