La plenitud de la señorita Brodie está considerada como la obra maestra de Muriel Spark y es, desde luego, una novela muy notable. La anécdota no puede ser más sencilla: a finales de los años veinte y principio de los treinta, un grupo de seis alumnas de primaria de la Escuela femenina Marcia Blaine forman un núcleo exclusivo regido por la señorita Brodie, una profesora bastante peculiar. "En la década de los treinta había legiones de mujeres como ella, mujeres de treinta años para arriba que distraían su afligida soltería, debida a la guerra, con viajes que les revelaban ideas nuevas y disciplinas prácticas en torno al arte, la asistencia social, la enseñanza o la religión". La señorita Brodie explica a sus alumnas favoritas que "la palabra 'educación' viene de la raíz latina e, que viene de ex, que significa 'sacar', y de duco, que significa 'guiar'. Significa algo que se saca. Para mí, la educación es sacar lo que ya está dentro del alma de una alumna". De ahí que sus clases sean absolutamente heterodoxas, para fascinación de las chicas. La señorita Brodie pide a menudo a sus alumnas que tengan abierto el libro de historia ante ellas o escribe en la pizarra complicadas sumas para fingir que está impartiendo las clases de historia o matemáticas que el colegio exige mientras en realidad les habla de sus experiencias de la vida con intención de ejemplaridad.
El resultado es la relación compleja, humorística y un punto fantástica entre ella y sus seis alumnas favoritas. Aunque las niñas van madurando y dejan la primaria para pasar a secundaria, la señorita Brodie, en su plenitud vital y personal según ella, sigue manteniendo el ascendiente sobre ellas; lo mantiene en diverso grado, según cada cual, pero por ahí vamos descubriendo el sentido del poder que ella desarrolla, el mandato sobre las vidas de sus alumnas, paralelo a su entusiasmo por el fascismo, un entusiasmo elemental que le hace sentirse dueña de vidas. Las alumnas, sin embargo, se desharán de su influencia a medida que crecen y sus destinos serán bien distintos a los que ella previó. Por más buena cara que pone al mal tiempo, el resultado final es un tanto patético, retirada y empeñada en averiguar cuál de las seis alumnas fue la que la traicionó dando pie a su expulsión del colegio.
Mi opinión: lo original de esta novela es su tratamiento, con saltos en el tiempo que van alimentando la intriga. Es la historia de una dominadora dominada, una auténtica vuelta de tuerca a lo que debió suceder si no hubiese habido una alumna rebelde...
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